¿Qué pasó realmente con el sistema de depósito alemán?

¿Qué pasó realmente con el sistema de depósito alemán?

 

Artículo de Der Spiegel.

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Jürgen Trittin, ministro de Medio Ambiente del Gobierno Federal de Alemania, quería usar el sistema de depósito por lata para fomentar que se dejaran de utilizar las botellas desechables en el mercado.  Doce años después, el balance es bastante regular.

De hecho, a comienzos del siglo XXI, Jürgen Trittin quería acabar con el mejor sonido del mundo de la sociedad de consumo, el “crack” que se escucha al abrir la lata.  Los mayores aún lo recuerdan: si metías un gancho de un aluminio flexible en una lata, se partía enseguida. O cuando el gas subía, se escuchaba cómo subían las burbujas.

Pero el sonido de las latas también representa el “usar y tirar” de la sociedad de consumo, los bosques cubiertos de basura, a todo ello quería poner fin el ministro de Medio Ambiente alemán Jürgen Trittin. Supuestamente, el sistema de depósito para envases unidireccional hacía cumplir lo siguiente: la lata pasaba de poder desecharse sin pensar, a que el envase fuera hasta casi más caro que el contenido. El hecho de no desechar el envase de manera adecuada se convirtió en un factor de sobrecoste para los consumidores.

Todo esto, irritó el ánimo de los consumidores de manera bastante considerable. “Las tonterías no tienen límites”, dijo la que era entonces presidenta del partido de la Unión Democrática de Alemania (CDU), Angela Merkel, en el año 2003. El presidente de la CSU, Edmund Stoiber vociferó: “Alemania no se merece a este ministro del caos Trittin. ¿Cuándo va a haber alguien que consiga hacerle dimitir?”

Por su parte, un portavoz del Ministerio del Medio Ambiente echó pestes ante la docena de demandas que había sobre este sistema de depósito unidireccional: “Todavía hay dos canales abiertos; el Tribunal Europeo de Derechos Humanos y el Tribunal de Crímenes de Guerra de la Haya”.

El ministro de Medio Ambiente, Klaus Töpfer (CDU) estableció legalmente el sistema de depósito para envases desechables unidireccional alemán a principios de los 90, pero fue su sucesor, Trittin el que lo implementó: contra el mercado, contra la oposición y contra las opiniones de los expertos.

La idea sonaba bien realmente; el sistema de depósito para envases sustituiría el uso de latas y botellas de plástico en el mercado, que tan perjudiciales son para el medio ambiente, aumentaría la tasa de reciclaje y reduciría la contaminación de la naturaleza. Doce años más tarde, se ha comprobado que las expectativas eran demasiado altas y que el balance de este sistema es, en el mejor de los casos, regular.

El destino de las latas

Lo que es seguro es que la cifra de venta de latas ha disminuido masivamente en Alemania. Antes de la instauración de este sistema de depósito para envases se vendían más de 7 mil millones de latas, la tasa más baja fue en 2005, cuando se vendieron unos 100 millones. ¿Ha sido realmente un éxito? Realmente no porque la tendencia ha ido cambiando; desde 2006 la venta de latas ha ido aumentando. De hecho, la Asociación de Fabricantes de Latas alemana (BCME) informó recientemente de que en 2014 se vendieron en Alemania alrededor de 1,86 miles de millones de latas.

Si lo comparamos con los comienzos del siglo XXI el nivel sigue siendo bastante bajo, aunque si lo comparamos con la cifra más baja de 2005 es casi 20 veces más. “A corto plazo, pretendemos alcanzar las antiguas cuotas de mercado”, comentó Welf Jung, portavoz de la Asociación Industrial de Fabricantes de Latas de Alemania, “y creemos que esto es bastante realista”.

El destino de la venta de latas está en manos de las grandes cadenas del mercado; a finales de 2003 quitaron todas las latas de sus estanterías. Teniendo ya las máquinas expendedoras de botellas de plástico PET, era demasiado costoso para las cadenas crear otro sistema para las latas.

Pero por otro lado, las máquinas de retorno de los supermercados por lo general podían retirar latas, además de botellas de vidrio y plástico. Por lo tanto, no había nada que impidiese que las latas pudieran volver a estar en las estanterías. Aunque la regulación de Trittin estigmatizó las latas, no podía impedir que volviesen.

El proyecto está fracasando: la tasa de reciclaje está en descenso

Y si miramos más allá de las latas, el balance es aún más negativo. Lo que Trittin pretendía era contener el uso de bebidas en envases desechables, y la tasa de reciclaje debía ser del 80% según lo establecido en el plan que realizaron: “El sistema de depósito por envases desechables frenará la oleada de “usar y tirar”, y empujará el sistema de reciclaje del mercado”, comentó Jürgen Trittin en la presentación del sistema de depósito en 2003 totalmente confiado.

Pero esto no era más que un deseo piadoso. Antes de que se introdujera el sistema de depósito,  el 64% de las bebidas que se vendían utilizaban botellas retornables, en 2012 era sólo el 45,7%, es decir, ni siquiera una de cada dos botellas de las que se venden actualmente es una botella reutilizable, según la Society for Packaging Market Research. Y esta tendencia es mucho más dramática si hablamos de botellas de agua, en las que sólo un tercio de todas las botellas que se venden son reutilizables.

 

Porcentaje de envases desechables (en rojo) vs. Porcentaje de envases reutilizables (en azul)

 

El motivo de este descenso se debe a que las botellas de plástico PET desechables pesan entre 12 y 35 gramos menos, el grosor de la botella es inferior a un milímetro y son indestructibles. Los consumidores recurren sobre todo para agua y bebidas frías cada vez con más frecuencia a las botellas de un solo uso.

Además, con la introducción del sistema de depósito las tiendas de descuento se inundaron de botellas PET y bajaron muchísimo los precios. “Y esto fue lo que recayó sobre la mentalidad alemana de “ser tacaño es genial””, decía el experto en mercado alemán Jürgen Heinisch de la Society for Packaging Market Research. Las botellas de agua de cristal han pasado de moda, la única botella de cristal que se mantiene es la de cerveza, con más de un 80% del total de las ventas, dado que los alemanes no quieren beber cerveza en botellas de plástico.

Según los expertos, los políticos se podrían haber anticipado a esta tendencia. “Muchos comentaban que el sistema de depósito no iba a hacer aumentar la tasa de reciclaje, por lo menos en las bebidas sin alcohol”, comenta el experto en mercado Heinisch. El cálculo del experto es sencillo: ¿por qué debería elegir un cliente materiales reutilizables si encima le hacen un recargo unidireccional?

Para alcanzar el objetivo del 80% de uso de botellas reutilizables, con lo único que sería factible sería con un incentivo económico o un importe reutilizable. Recientemente se aventuró Maria Krautzberger, la presidenta de la Agencia Federal de Medio Ambiente comentando lo siguiente: “No descartamos establecer un importe reutilizable para fomentar el uso de envases reutilizables”.

Un reciclaje exitoso debilitará los argumentos medio ambientales

Hay algo en lo que se ve claramente el éxito que ha tenido el prestigioso proyecto de Trittin, y es en el reciclaje. Actualmente, el 95% de las latas y botellas desechables terminan en las máquinas de devolución de los supermercados alemanes. Las típicas latas aplastadas que se veían en los bosques son ya prácticamente cosa del pasado. Pero más importante es aún el segundo efecto; el material se puede reciclar mucho más fácilmente.

Antes las botellas desechables con suerte acababan junto con otros restos de basura en los contenedores amarillos. “Con esta mezcla de basuras era realmente complicado fabricar una nueva botella de bebida reutilizable”, explica Benedikt Kauerzt del Instituto de Investigación de Energía y Medio Ambiente de Heidelberg (Alemania). Ahora las botellas que se depositan en las máquinas sólo se juntan con botellas del mismo tipo, por lo tanto, se pueden reciclar fácilmente.

Para muchos expertos, este éxito es un arma de doble filo, el equilibrio ambiental de las botellas desechables podría justificar ecológicamente el hecho de establecer un sistema de depósito para envases reutilizables unidireccional a medio plazo.