
“El sistema de depósito para el reciclaje: una falsa buena idea”. La tribuna libre de un grupo de senadores franceses
Artículo de 28 senadores franceses de 5 partidos en l’Opinion.
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Un grupo de senadores considera que el desarrollo del sistema de depósito, devolución y retorno de las botellas de plástico supondrá una terrible carga para las comunidades locales. Para ellos existen otras alternativas.
El proyecto de ley relativo a la lucha contra el desperdicio alimentario y a la economía circular transpone la iniciativa europea del Paquete de economía circular de 2018, con el objeto de luchar de forma eficaz contra los plásticos y el desperdicio alimentario. Se trata de la manifestación de una voluntad política que todos compartimos. El artículo 8 del proyecto de ley prevé la creación del sistema de depósito para reciclaje, un concepto seductor a priori. Pero, en realidad, ¿no se trata de una falsa buena idea?
La voluntad europea de luchar contra el plástico se ha visto claramente reafirmada en los últimos años con la adopción de varias directivas, siendo la más reciente la relativa a la reducción de la incidencia en el medio ambiente de determinados productos de plástico (2019). Ahora que Europa se plantea cómo reducir la utilización de los plásticos, la implementación de un sistema de depósito parece una medida contraria a este fin, que perpetuaría el uso del plástico. El caso alemán es claro ejemplo de que al otro lado del río Rin ha implicado un aumento de la comercialización de botellas de un solo uso.
Además de Alemania, en España en 2017 la Cátedra Unesco de ciclo de vida y cambio climático hizo hincapié en la inadecuación del sistema de depósito con los objetivos sociales, medioambientales y económicos del país. El estudio insiste en que “la gran mayoría de los recursos económicos y humanos que exigiría este cambio estaría mejor empleada en la mejora del sistema existente y en el tratamiento de otros tipos de residuos más abundantes y más problemáticos desde el punto de vista medioambiental”.
En realidad, el sistema de depósito perpetúa la producción y el consumo de plástico y nos impide caminar hacia la erradicación de nuestra dependencia del plástico. Francia debería concentrarse en posicionar un liderazgo sólido en Europa en lo que respecta a los desafíos climáticos. En este sentido, el sistema de depósito impide que Francia cumpla su objetivo de convertirse en líder europeo en la lucha contra el plástico.
Un revés para el bolsillo. Además de la redefinición del objetivo relativo al plástico, este sistema implica otros serios problemas para las comunidades locales y sus ciudadanos. Hoy en día las comunidades locales garantizan la recogida de botellas de plástico, desempeñando el papel de intermediarios entre la selección de residuos y las empresas de reciclaje a las que revenden los residuos. El propio principio de depósito, devolución y retorno para las botellas de plástico y las latas suprime este papel de recolector y, por tanto, revendedor de las comunidades. Las pérdidas para éstas supondrían 200 millones de euros en un contexto de limitaciones presupuestarias considerables. Se trata de una importante fuente de ingresos que permite la financiación de diversas iniciativas a nivel local. La pérdida de estos ingresos puede terminar por conducir a un aumento de los tributos locales.
Asimismo, implementar este tipo de sistema de depósito para reciclaje cuestionaría las recomendaciones de selección de residuos destinadas al ciudadano. Tras 20 años de campañas de comunicación y de sensibilización sobre la selección de residuos con el sistema del “contendor amarillo”, este sistema echaría por tierra la totalidad de los esfuerzos empleados y de las inversiones realizadas en este sentido.
Además, este sistema implicaría para los franceses un anticipo de tesorería de 120 millones de euros (partiendo de la base de que se cobrarían unos quince céntimos por botella), a lo que habría que añadir una pérdida neta del poder adquisitivo de 250 millones de euros anuales, calculado estimando que no se devolverá el 10% de las botellas y de las latas. Este sistema no hace sino suscitar grandes interrogantes en el contexto social tan tenso que conocemos.
El primer reto consiste en mejorar el sistema de reciclaje. Más que la recogida, el verdadero reto cuando hablamos de botellas de plástico cosiste en caminar hacia el reciclaje. Mientras que la nueva directiva europea sobre el plástico de un solo uso fija un objetivo del 90% de recogida de botellas de plástico de aquí a 2030, en Francia ya se consigue un 99% en la actualidad. No obstante, solamente se recicla el 57%. El problema en Francia radica en cómo mejorar la tarea de tirar los envases de plástico en el “contenedor amarillo” y el reciclaje de los envases de plástico fuera del hogar (papeleras de calle, estaciones, parques…), y no tanto en la parte de la recogida, que ya es excelente.
Además, el sistema de depósito solamente afecta al 6% de los residuos plásticos (las botellas de plástico), sin tener en cuenta otros (bandejas, envases de yogures, etc.), cuyo porcentaje de reciclaje es del 4%, lo que nos aleja de la perspectiva de conseguir el objetivo propuesto por el Presidente de la República de reciclar el 100% del plástico de aquí a 2025. De este modo, el sistema de depósito, devolución y retorno de las botellas de plástico crearía un nuevo sistema aplicable solamente al 6% de las bebidas, que ya está bien cubierto hoy en día en Francia.
No nos confundamos de batalla. Nosotros compartimos las preocupaciones medioambientales y ecológicas de nuestros ciudadanos y su voluntad de actuación en su vida diaria. Compartimos asimismo la voluntad de Francia de situarse a la cabeza en la lucha contra el cambio climático. El proyecto de ley relativo a la lucha contra el despilfarro alimentario y a la economía circular se hace eco de los retos principales a los que se enfrenta el clima. En este sentido nos parece fundamental destacar que la verdadera ambición del artículo 8 ha de ser responder realmente a la cuestión de la lucha contra el cambio climático y desarrollar una sólida política a favor del reciclaje tanto en Francia como en el resto de Europa. Nuestro objetivo consiste en desarrollar un proyecto de sociedad sin plásticos en lugar de perpetuar su uso.
Claude Kern (UDI), Dominique Vérien (UDI), Sonia de la Provôté (UDI), Michelle Vullien (UDI), Jean-Marie Bockel (UDI), Vincent Delahaye (UDI), Anne-Catherine Loisier (UDI), Alain Duran (PS), Eric Jeansannetas (PS), Henri Cabanel (PS), Nelly Tocqueville (PS), Joël Labbé (EE-LV), Nicole Duranton (LR), Guy-Dominique Kennel (LR), Antoine Leèvre (LR), André Reichardt (LR), Esther Sittler (LR), René-Paul Savary (LR), Jean-Pierre Vogel (LR), Louis-Jean de Nicolaÿ (LR), René Danesi (LR), Gilles Boucher (LR), Sébastien Meurant (LR), Catherine Troendlé (LR), Jacky Deromedi (LR), Françoise Ramond (LR), Brigitte Micouleau (LR), Jean-Pierre Corbisez (RDSE).