¿Son transferibles a España los resultados de los SDDR implantados a nivel europeo?

¿Son transferibles a España los resultados de los SDDR implantados a nivel europeo?

 

Artículo de Alba Bala y Blanca Díaz para FuturENVIRO.

Lea el artículo original AQUÍ.

 

La gestión de residuos atraviesa un momento crucial a nivel nacional y europeo. La cantidad de residuos de envases generados por la sociedad ha ido en aumento y la preocupación política y social ha ido a la par respecto a los problemas ambientales que pueden derivarse de esta generación, si no se gestionan correctamente. Para afrontar la creciente producción de residuos de la sociedad, es necesario establecer sistemas de gestión apropiados tanto para dar servicio a la población, como para dar respuesta al cumplimiento de las obligaciones legales.

En algunos países miembros, ante la revisión de los objetivos de reciclado al alza por parte de Europa, han surgido diferentes argumentos políticos, económicos y científicos tanto a favor como en contra de la idoneidad del establecimiento de un Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR) obligatorio para envases de un solo uso aplicado a cierta tipología de envases, como alternativa o complemento al Sistema Colectivo de Responsabilidad Ampliada del Productor (SCRAP).

Actualmente tan solo 11 de los 50 países del continente europeo cuentan con un SDDR (Fullana et al., 2017)

El SDDR es conocido como una alternativa de gestión de residuos en la que los responsables de la puesta en el mercado de los productos envasados cobran, en concepto de depósito a sus sucesivos clientes (hasta el consumidor final), una cantidad por cada envase.

Dicho depósito será devuelto íntegramente al consumidor, si los envases usados vacíos son retornados en perfectas condiciones para su identificación.

En los estudios de evaluación de idoneidad de la introducción de un SDDR para determinada tipología de envases, es común realizar analogías con sistemas existentes con cierto recorrido en su funcionamiento. Este artículo analiza las diferencias clave y resalta los aspectos más relevantes que influyen de forma significativa en el análisis comparativo de estos sistemas, y en el diseño de su posible implantación en países que estudian su viabilidad.

Los SDDR implantados en la actualidad difieren en aspectos fundamentales a tener en cuenta para su comparabilidad:

  1. Participación en el sistema obligatoria o voluntaria

Cuando son de carácter voluntario es el propio envasador quien, de forma voluntaria, establece las condiciones de funcionamiento y operación del sistema, tal y como ocurre en algunas regiones de Canadá o Estados Unidos para cierta tipología de envases reutilizables y en el caso particular español para los envases reutilizables gestionados a través del canal HORECA (HOteles, REstaurantes y CAtering). Cuando son obligatorios, las condiciones del sistema son fijadas por ley. En Europa, salvo en Finlandia, todos los SDDR implantados son de carácter obligatorio.

  1. Distribución de la cuota de envasado

En Europa, la distribución de la cuota de envasado (reutilizable o de un solo uso) difiere enormemente entre países miembros, lo que a la hora de establecer analogías supone un factor limitante. En aquellos países con altas cuotas de envases reutilizables y con un pool de envases estandarizados, los sistemas de recogida e instalaciones de tratamiento son totalmente diferentes a otros países en los que el peso de envases de un solo uso es mayor.

Ambas vías de gestión se realizan de forma diferenciada, por lo que en algunos lugares donde ciertos esquemas funcionan correctamente, con pequeñas variaciones en el flujo y tipología de envases a tratar, pueden marcar diferencias en posteriores etapas de gestión y resultar poco eficientes.

  1. Finalidad del sistema

En la actualidad conviven SDDR con diferentes objetivos:

  • Reutilización: el envase reutilizable recuperado retorna a la industria y, tras un proceso de limpieza exhaustivo, es rellenado para reintroducirlo en un nuevo ciclo económico dándole una nueva vida.
  • Reciclado: el envase de un solo uso se recupera para ser enviado a un reciclador y, a través de ciertos procesos de tratamiento, se obtienen materiales que podrán ser utilizados como materias primas para la fabricación de nuevos productos.

En aquellos países en que el SDDR se aplica tanto para envases de un solo uso como reutilizables, es común encontrar el reporte de datos de retorno de forma conjunta, dificultando distinguir entre ambas tipologías. Al realizar ciertas analogías o proyecciones del funcionamiento o resultados entre sistemas, es importante cerciorarse de cuáles son los flujos de envases incluidos en el reporte y sus tasas de retorno diferenciadas.

  1. Alcance del sistema

En la actualidad, los SDDR en funcionamiento se limitan a la gestión de envases de bebidas, aunque no todos los países incluyen los mismos productos o materiales de envase. El alcance es importante, puesto que determina el denominador para calcular la tasa de retorno de envases sujetos al SDDR.

  1. Puntos de retorno

Las opciones para el retorno son diversas, dependiendo del sistema analizado. En Europa, la devolución por parte del consumidor se produce mayoritariamente en los mismos establecimientos o puntos de venta, siendo habitual el proce so de retorno de los envases previo al acto de compra.

  1. Tipo de aceptación y recogida

Algunos SDDR fijan la obligatoriedad de los comercios a adherirse al sistema en función de sus dimensiones. Croacia, Alemania y Estonia, obliga solo a las superficies comerciales de más de 200m2 a aceptar el retorno; mientras que en Lituania el límite se fija en 300 m2. Cabe reflexionar si implantar esta medida en España perjudicaría al pequeño comercio exento de adherirse al sistema, debido a los cambios de hábitos de compra que se podrían producir en los consumidores que acostumbran a devolver los envases donde los compran.

En cuanto al modelo de aceptación, puede ser manual o automático (mediante máquinas de retorno). La elección de uno u otro dependerá de las características del establecimiento y de su capacidad de gestión.

En los SDDR de países nórdicos, la gestión manual es muy baja, representando el 5% del total. En Alemania, con alrededor de 135.000 puntos de retorno, el porcentaje de manual alcanza el 20%, mientras que el 80% se realiza de manera automática.

Uno de los aspectos más relevantes a tener en cuenta al realizar analogías entre países es el análisis de la dispersión, características y tamaño de los comercios. Los condicionantes de este tipo de establecimientos en nuestro país podrían aumentar considerablemente el porcentaje de recogida manual en los casos en que, por espacio o por poder adquisitivo, no puedan instalar máquinas de retorno.

  1. Instalaciones para el conteo

El número de plantas de conteo está directamente relacionado con la cantidad de envases gestionados de forma manual. El material procedente de la recogida manual debe ser transportado a estas instalaciones sin compactar, para que se pueda efectuar su conteo y posterior devolución del depósito. A mayor número de plantas, menor distancia de transporte y, por tanto, menor impacto ambiental en transporte. Sin embargo, un mayor número de plantas requiere mayor inversión en instalaciones. A la hora de implantar un SDDR, el número y localización de las plantas es fundamental.

  1. Valor del depósito

Uno de los factores más influyentes en la tasa de retorno es el valor del depósito. Como regla general, cuanto más alto es el depósito más alta es la tasa global de retorno. En Europa varían entre 0,066 y 0,40 euros por envase.

  1. Tasa de retorno

La tasa de retorno es el cociente entre el número de envases retornados efectivamente por parte del ciudadano y el número de envases totales adheridos al SDDR. A menudo, la tasa de retorno y la tasa de reciclado global se reportan de forma conjunta, generando confusión. La tasa de reciclado global indica la cantidad de envases recuperados con respecto al total de envases puestos en el mercado, incluyendo otras vías de recuperación como recogida selectiva, recogida en masa o valorización energética.

  1. Convivencia con otros sistemas de reciclado

No todos los residuos de envases son susceptibles de funcionar bajo el SDDR, por lo que su ámbito de aplicación siempre es restringido. Ello hace que su implementación se plantee en paralelo a la gestión del resto de envases excluidos que, en caso de estar implantado, seguirían gestionándose a través del SCRAP.

La implantación y evolución de los SDDR ha estado sujeta a distintos intereses y motivaciones en cada país. A pesar de que puedan encontrarse patrones comunes entre sistemas, los aspectos clave anteriormente descritos difieren en mayor o menor medida en cada territorio. Todo ello, unido a la escasez de datos públicos sobre rendimiento y resultados, dificulta enormemente comparar y valorar la posible transferibilidad del SDDR a otros estados y regiones.

La respuesta a la pregunta que se plantea en el título de este artículo es, por tanto, un no rotundo. Antes de valorar el establecimiento de un SDDR deben definirse concienzudamente cada uno de los aspectos clave aplicándolos al contexto particular, teniendo en cuenta criterios de sostenibilidad con el aval científico y técnico necesario.

Dra Alba Bala – Responsable de la Línea de Investigación en Gestión de Residuos de la Cátedra UNESCO de Ciclo de Vida y Cambio Climático ESCI-UPF

Blanca Díaz  – Directora de Gastroloop